EL GATO MENTIROSO

NARRACIÓN...

Había una vez un gato llamado Tom que decía muchas mentiras y a la gente no le gustaba. Él se empeñaba en decir una mentiras tras otra por eso las personas decidieron encerrarlo en una jaula para que lo recibiera un castigo por sus actos mentirosos. Tom triste, aburrido y solo decidió hacerse el enfermo para que lo liberaran y así por medio de sus mentiras poderse volar pero no contaba con que un niño llamado Pepe, se diera cuenta al verlo a los ojos. Pues su picardía y mentira fuera para fugarse, Pepe entonces se ingenió una idea, llevarlo al veterinario como él decía estar enfermo. Entonces Pepe quiso jugarle una broma porque él sabía que era una más de las mentiras del gato. Iban camino a la veterinaria cuando de repente Tom ya se sentía bien y Pepe le dijo enojado, “gato mañoso, creías que te ibas a salir con la tuya”; pues déjame decirte algo, más sabe el diablo por viejo que por diablo y se echó a reír “ja ja ja ja”.

Ahora te quedaras sin comer y encerrado hasta que aprendas lo importante que es decir la verdad. El gato lo miraba con lágrimas en sus ojos y diciéndole no lo volveré a hacer. Estar solo y enjaulado es horrible.

Una noche Tom tenía mucha hambre y llamaba con gran desempeño a Pepe para que le diera comida porque no aguantaba más las ganas de comer, miau, miau, miau, miau, quiero comida Pepe. Pero como él ya sabía que era muy mentiroso no le paraba bolas, el gato lo llamó por varias horas, hasta que resigno a no llamar más su atención  y hacerse el dormido para ver si así le daba comida. Pepe al ver al gato dormido, bostezando y suspirando se dirigió a él y le echo tanta comida que el gato se indigestó, y empezó a retorcerse de dolor, pero Pepe se dijo entre sí, ya empezó con sus mentiras para que yo lo libere. Este gato mañoso no va a poder conmigo, aprenderás tras tu reja que la mentira nunca es buena, mata al alma y la envenena.

Los quejidos de Tom fueron siendo cada vez más fuertes y Pepe al verlo sufriendo tanto se acercó a la jaula y le dijo: Tom te abriré pero con una condición, la que ti quieras, respondió el gato. Yo te curare pero prometerás nunca más mentir a nadie, te lo prometo dijo el gato con una mirada burlante, sigilosamente lo observa y le dice, él cree que me le voy a comer el cuento otra vez.

Sin embargo le siguió el juego, le preparó una bebida, se dirigió a la jaula  donde estaba él, abrió la puerta y el gato salió pitado un brinco, pero él no contaba con que Pepe le había puesto una red para que no se le escapara. Pepe soltó en risa “ja ja ja ja” y dijo, no te escaparas, pensaste que yo me comería tus mentiras, en tu mirada desesperada pude ver que me engañabas de nuevo pero fui más astuto que tu; ahora seguirás enjaulado por tus errores y actos.

Tom renegaba de su vida todos los días de su vida. Una mañana muy temprano con el cantar de los pájaros y el rico olor de las flores Pepe se fue a darle comida al gato y escucho que él murmuraba muy despacio y solo, al ver que no hablaba con nadie le preguntó a Tom ¿tú con quien hablas?, y este respondió, con mi amigo imaginario qué es el único que me entiende, me comprende y me quiere, no digas eso Tom, yo también te quiero ¿por qué crees que no te dejo escapar? dijo el niño, tu eres un gato maravilloso de blanco pelaje y ojos azules, cualquier estaría encantado de tenerte como mascota, Tom preguntó ¿tú lo crees?, claro, de ahora en adelante seré tu amigo leal y compartiremos nuestras aventuras juntos, seré tu amigo incondicional, tanto que ya no volverás a tener un amigo imaginario, sino una de carne y hueso, si estoy de acuerdo contigo pero entonces sácame de aquí , para que emprendamos travesuras juntos, no te sacaré dijo Pepe, ah dijo el gato mirándolo fijamente ¿por qué? si supuestamente ya somos amigos, sí claro no lo dudes dijo Pepe, sabes que es lo que pasa que hasta que yo no esté seguro de tu arrepentimiento no te puedo soltar, de la mentira no sale nada bueno, tienes que aprender a ser un gato bueno, honesto y sincero. Pasaron los días, meses y el gato ya había prendido la lesión, que le niño en su momento le dio; lo sacó de la jaula y le dijo, ya eres libre, ahora ya te puedes ir y ser un gato juicioso, no mañoso ni mentiroso, gracias pero ya no me quiero ir, quiero quedarme contigo y que juntos compartamos gratos momentos de felicidad, Pepe siempre quiso escuchar esas lindas palabras de parte del gato y comprendió que aquel día que vio un gato mentiroso enjaulado iba a aprender la lesión, juntos pasaban momentos de mucha felicidad. Pepe se iba a estudiar y cuando regresaba de la escuela, traba su maleta y enseguida llamaba a su gato “Tom, Tom vamos a jugar alrededor del jardín trasero donde se sentía el dulce olor de las flores y el bello atardecer que resplandecía el cielo azul”, miraba con cariño a su gato y este le respondía con “sobajitos” y maúllos, era su mejor amigo fiel, vigilaba la casa y era un experto cazador de ratones, el animal era muy bueno con su dueño, pero tenía un pequeño problema, era demasiado comelón y siempre presumía que era un gran olfateador  y que nadie atrapaba los ratones como él, siempre le decía a los demás gatos vecinos, que ellos no eran capaces de cazar nada, en cambio yo cada semana en horas de la mañana cazó un ratón.

Un día como de costumbre salieron a jugar a las escondidas, Tom se alejó tanto del jardín que se perdió, pues se entretuvo con un pájaro que se encontró en la rama de un árbol, el cual tenía su pico herido y no podía cantar, al gato se le ocurrió una buena idea y le dijo, yo te ayudare a bajar pero siempre y cuando tú prometas que me ayudaras a encontrar a mi amigo, y ¿Quién es tu amigo? Preguntó el pájaro, es un ser maravilloso, encantador, respondió el gato, listo yo te ayudare; trepó a lo largo de la rama y como pudo lo puso en su lomo y lo bajo, mientras que el pájaro guiaba a Tom, platicaban de cómo era el niño con él, el pájaro asombrado de todo lo que le contaba el gato, no hallaba la hora de conocer a Pepe, aquel niño encantador del cual hablaba Tom. Después de caminar muchas horas, llegaron al jardín donde Pepe, el gato se le acercó y le dijo ¿dónde has estado todas estas horas? quiero que me digas la verdad, Tom le relato el cómo se había perdido y como había regresado donde él y más aún con pájaro en su lomo, Pepe lo escuchaba y decía en su mente, ojala sea verdad todo lo que me está contando porque no quiero cometer el triste dolor que hace meses le hicieron estar enjaulado por no decir la verdad, pero de repente sucede algo curioso, Pepe mira fijamente a los ojos del gato y pudo ver que todo lo que le decía Tom era verdad y aún más lo comprobó cuando curó al pájaro y este le confirmó que todo lo que el gato relato era verdad, entonces Pepe se abalanzó hacia el gato, pero no para cogerlo y llevarlo de nuevo a su jaula de castigo, sino para abrazarlo, besarlo y mimarlo porque ya había aprendido a decir la verdad; el pájaro carpintero se recuperó de sus heridos en el pico y voló pero mientras volaba le decía al gato Tom, cuida a tu amo, valoralo mucho porque gracias a él eres un gato muy feliz.

Tom y Pepe decidieron cambiarse de casa, porque en el vecindario donde vivían el gato ya tenía muchos enemigos por todas las mentiras en las que había involucrado a los gatos cercanos. La nueva casa quedaba a dos horas de la antigua, era más grande y Tom contaba con un cuarto para él solo, lleno de juguetes y distracciones que lo mantenían entretenido y no le daban ganas de salir.

Un día una mañana muy soleada, Tom miraba por la ventana y de repente sus ojos azules vieron una gata tan hermosa, que quedó perdidamente enamorado de ella y no se resistió en bajar y preguntarle su nombre; dijo, ¿cómo te llamas?, desde la ventana me asombro tu belleza y no me resistí en bajar para conocerte, la gata, muy feliz y apenada por tantos halagos, respondió, hola, me llamo Berlinda, vivo en la casa del lado, nunca te había visto por aquí, Tom respondió, sí, soy nuevo, y no conocía a nadie, por eso no salía pero me encantaría que jugáramos todos los días.

Así fue, Tom y Berlinda jugaron el resto de sus días, se enamoraron con el pasar del tiempo y hasta tuvieron muchos bebés y vivieron felices por siempre en compañía de sus dueños.