Era una vez, una liebre y una tortuga.
Ellos eran los mejores amigos, la liebre un día le propuso una carrera a la tortuga y ella aceptó - pero qué día, qué lugar? - dijo la tortuga - la liebre le dijo el sábado en la mañana a las 7:00 am en el parque principal, allá te espero.
Esperaron toda una semana para la gran carrera. Llegado el día los dos amigos se reunieron donde habían acordado.
Bueno, la carrera consiste en recorrer todo el parque y el lago principal y todo ese recorrido duraba 3 horas y 49 minutos, dijo el lobo juez de la carrera, liebre y tortuga aceptaron.
Estaban a punto de dar la orden y los amigos empezaron a paliar, la liebre le dijo a la tortuga yo soy más rápido que tú. Ajá pero yo soy más rápida que
tú dijo - la tortuga…. bueno comencemos esto de una vez por todas.
El lobo después de haber dado las indicaciones de la carrera, dio el pitazo de inicio de la misma.
La liebre inició su carrera a toda marcha, mientras tanto la tortuga con su paso tranquilo veía como su amiga la liebre se alejaba de ella, sin embargo seguía su camino a paso lento pero firme, a una hora de carrera, la liebre se había acostado bajo un árbol porque estaba muy cansada, el clima estaba bastante seco y se había agotado, sus fuerzas estaban mínimas y necesitaba recuperarse, mientras tanto su amiga la tortuga venía maravillada porque a pesar de que siempre habían estado cerca del parque y del lago, nunca se había puesto a detallar cómo en esta ocasión, veía un lago inmenso con muchos patos y garzas a su alrededor, el parque con sus pastos verdes y árboles gigantes que daban sombra a las sillas que lo rodeaban para que sus visitantes estén cómodos mientras disfrutan de tan hermoso paisaje, a ésta hora a la tortuga ya no le importaba la carrera, sólo quería seguir apreciando lo que por mucho tiempo había tenido frente suyo y no había disfrutado, ya casi ajustaba dos horas de recorrido cuando se topó con su amiga la liebre, ella estaba dormida, la tortuga se le acerca, le susurra al oído y le dice amiga, levántate ya no sigamos en competencia, más bien acompáñame le muestro algo, la liebre se levantó y le dijo que para ella no había nada más importante en ese momento que ganarle y confirmar quien era la más veloz, la tortuga le contesta que eso no es lo más importante, lo que realmente importa es valorar lo que nos rodea, el medio, las personas, el paisaje, eso es lo realmente importante, la amistad que nos ha unido por muchos años, vamos…. Acompáñame le muestro algo, al escuchar esto la liebre decide aceptar, vamos contesta….
La Tortuga le dice a la liebre quiero que sigamos el mismo camino de la carrera pero ésta vez juntas y contemplando la belleza del lugar por el cual hemos transitado por mucho tiempo pero nunca visto con los ojos de la amistad, ves cómo corren los niños? dijo la tortuga a la liebre, ves cómo se abrazan las personas?, cómo nuestra misma especie está interactuando con los demás, eso debemos de hacer siempre, no importa lo que seamos o cómo seamos, simplemente nos aceptamos..
Le propongo que a partir de éste momento dejemos de competir y por el contrario empecemos a compartir, pongamos un poquito de arena para construir un mejor futuro, la liebre asienta la cabeza y le dice a la tortuga, gracias por ser mi amiga y por hacerme entender lo feliz que es la vida con amigos de verdad..
Así terminaron el recorrido juntas, al llegar a la meta los recibe el señor lobo quien preocupado pregunta qué pasó? Cómo sé quién ganó? La tortuga y la liebre contestan, tranquilo, las dos ganamos, ganamos el mejor trofeo, la amistad…
MORALEJA:
LA AMISTAD VALE MUCHO MÁS QUE UNA CARRERA O QUE CUALQUIER COSA…
LA CARRERA DE LA TORTUGA Y LA LIEBRE.
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